Una tirada de dados jamás abolirá el azar. Esa sentencia, reconocida en seguida por los amantes de la poesía francesa, encarna una serie de reflexiones que se resisten a ser concluyentes, que escapan a la definitiva oscuridad del negro y huyen de la luminosidad del blanco. Más bien van –para decirlo con las palabras de la autora de Buñuel– del color gris al perla. El arte que imita al azar se mueve, así, en un espacio indeterminado, y es allí donde el presente libro ubica a la obra de Luis Buñuel.