La comprensión –sólo cuando memorizamos un poema, lo comprendemos, dice Gadamer, como una manera de leer, que Ramón Bárcenas traza en estas páginas a propósito de algunos momentos de la obra de Juan Rulfo, es de un pelaje y naturaleza que sólo alguien devoto y apasionado del mundo rulfiano puede articular. Me atrevo a aventurar que este libro no es sólo el germen de una auténtica y genuina curiosidad intelectual sobre la narrativa, sobre el mundo del autor de Pedro Páramo, es, no lo dudo, una reflexión demorada, acuciosa y aguda que sienta –en estas páginas– las bases de una lectura comprensiva de mayor amplitud.