Gabriela Mistral tenía opiniones incómodas sobre Chile y las decía públicamente. Algunas de estas ideas no agradables concebían a Chile como feudo, como un país que vivía de espaldas a su indianidad y cuya gente poseía una emocionalidad lábil. La condición feudal de Chile era, para ella, el apego a la autoridad violenta: "Y en el antiguo feudo de Chile hay una inclinación vieja y fatal hacia la dictadura". Esa autoridad violenta no reconoce su indianidad, asunto que sí admitía Mistral y que provocaba polémica y ella lo sabía: "Me han contado una cosa cómica: El Sr. Latchman habría dicho en una conferencia de prensa que yo 'me he inventado la sangre india'. El chileno tonto recorre estos países indios o mestizos [México] declarando su blanquismo". Mistral usa el modo de la risa para denostar al chileno que se cree blanco y, opuestamente, afirmar ella su autorepresentación ligada a lo indígena atacameño.